El trauma de cuando te está bajando y te manchas en la escuela

Hoy recuerdo esta historia, con mucho cariño, de cuando tenía 14 años, que fue la edad en la que me bajó. Creo que todas nos podemos identificar con ese nerviosismo de las primeras veces, cuando sientes que te manchas todo el tiempo, o cuando crees que los niños se van a dar cuenta de que te está bajando. Justo esto me pasó en un festival del Día de las Madres, cuando me estaba bajando, y aunque traía puesta una toalla, llegaron esos nervios de que algo fuera a pasar en frente de toda la escuela. Para mi suerte, ¡si me pasó!


Estábamos todos los alumnos sentados en unas banquitas, esperando nuestro turno de pasar al escenario, ya sea a cantar o actuar; lo que a cada quien le tocaba hacer. A lado de mi estaba Mariana, mi mejor amiga, cuando de pronto siento el bajón de la sangre que te agarra en curva. Es horrible, ¿no? Hasta la fecha sigue siendo un momento bien incómodo, creo yo pensar para cualquier mujer. En ese momento me dije a mi misma: “esto ya valió, estoy segura de que me manché.” Dicho y hecho, cuando me asomo a la silla ya había una mancha de sangre. Además traía puesto mi suéter del uniforme y no me lo podía quitar para amarrármelo. Todos teníamos que estar con el suéter puesto para pasar al escenario.

En seguida se lo comenté a mi amiga, traumada de no saber qué hacer, y muerta de pena de que todos lo fueran a notar. Pensaba que a los niños les iba a dar asco, o que probablemente me fueran a señalar por siempre como “la que manchó la silla.” No debería de ser así, pero tristemente sí lo es.

No recuerdo bien en qué momento Mariana se paró al baño por papel, pues yo fui corriendo con una de mis maestras para decirle lo que me había pasado. Finalmente me pudieron conseguir otra falda y otro suéter, y pude ir al baño a cambiarme la toalla. Cuando regreso a mi lugar, me di cuenta de que Mariana había limpiado la mancha de sangre en la banca. Ella puso su mochila encima de mi lugar para que nadie lo notara mientras iba por el papel.

Sin duda, esto ha sido de los actos más hermosos que han hecho por mí. Un momento muy valioso el recibir el cariño, el apoyo y el confort de mi amiga. Esa solidaridad de mujeres. Cualquiera pudo pensar que la que se había manchado fue ella, y aún así no le dio importancia. Esto me hizo darme cuenta de lo importante que es tener a tu tribu. A que las mujeres nos ayudemos entre nosotras. Algo que también debería de ser con los hombres.

Hoy por hoy me suena ridículo que tengamos que esconder cuando a una mujer le está bajando. Esconder las toallas, los tampones o lo que sea que uses. Me queda claro que la menstruación está muy estigmatizada todavía. A muchas personas les da asco la sangre, o de que huele “mal”, en fin. Nos falta mucha educación en relación a nuestros cuerpos y a nuestra sexualidad.

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#MujeresRompiendoEstigmas

Proyecto en colaboración con Ferox MX

Retrato por Quique Motte


Esta historia es de:

María José Álvarez

33 años

Psicóloga posparto y educadora de lactancia en proceso.

Fundadora de @taueret.tribu

Pame Clynes