8 años tardaron en diagnosticar mi Endometriosis. 8 años me dijeron que el dolor era normal

No se habla suficiente de las enfermedades relacionadas al aparto reproductor femenino. No mucha gente conoce sobre la Endometriosis, sin embargo las estadísticas indican que una de cada 10 mujeres la padece, y la mayoría no lo sabe. Para los que no saben, es una condición crónica donde las células similares a las que recubren el útero crecen en otras partes de cuerpo. Éstas células se descomponen causando que la sangre se vacíe sobre órganos, tejidos y espacios, creando cicatrices, adherencias, inflamación y a menudo un dolor incapacitante.

Recibí mi diagnóstico más o menos ocho años después de que me bajó por primera vez. Todos esos años mis cólicos eran insoportables. Durante toda esa etapa visité a muchos ginecólogos, de hecho, cada año cambiaba de ginecólogo, y el discurso que siempre recibía era el mismo. “Eres más sensible que otras mujeres; tu dolor es perfectamente normal, tómate esta pastillita y se te quita”. Salía con mi receta de ibuprofeno, o en otros casos si me llegaron a recetar anticonceptivos orales, por lo que desde los 15 años yo ya tomaba hormonas. Mi cuerpo se vio afectado sin duda.

Recuerdo que un día mi dolor fue terrible, al grado que me tuvieron que llevar al hospital. Me revisaron y lo primero que pensaron los doctores fue en apendicitis. Acto seguido me quitan el apéndice. Este procedimiento se hace con laparoscopia, por lo que después se pudieron dar cuenta realmente de lo que tenía: Endometriosis. Me quitaron el apéndice por nada, pero gratis obviamente no me salió. Por lo menos ya sabía lo que tenía.

El dolor continuó y empezó mi proceso de búsqueda de tratamientos adecuados, así como de mejor trato y atención de parte de la comunidad médica. Hoy en día sigo buscando todavía una solución. La mayoría de los doctores en México no tienen ni idea de cómo tratarla; por lo menos esa ha sido mi experiencia hasta el momento. Me da la impresión de que no les interesa investigar, pues la receta es la misma: anticonceptivos, ibuprofeno, “tómate una copa de vino y relájate”. En otros casos se llegan a hacer operaciones cada uno o dos años para quitar el tejido que se forma en el endometrio, pero hasta ahí. Confieso que tengo una dependencia, desgraciadamente, al ibuprofeno, ya no puedo vivir sin él.

A raíz de mi diagnóstico y de la falta de información sobre esta condición, decidí tomar un poco las riendas de mi salud y buscar otros medios para tratar de controlar la enfermedad de fondo. Cambiar mi estilo de vida para tratar de eliminar el dolor, y ya no depender de una pastilla. Descubrí muchos foros de Endometriosis en el extranjero. He conocido muchas de historias de mujeres que están viviendo lo mismo que yo, y otras todavía peor porque llevan 20, 40, años con esto; muchas que nunca pudieron tener hijos. A la par decidí empezar un blog para impulsar la información y hacer conciencia sobre la Endometriosis en México. (@una.de10)

Mi experiencia ha sido tener que lidiar con los tabúes que hay en la sociedad. No solamente a nivel familiar, también a nivel educativo, así como en el sector salud. Vivimos en un mundo donde se normaliza el dolor de la mujer. Esto nos afecta mucho a mujeres como yo que padecemos de estas condiciones, y que todavía no encontramos quién nos ayude. Es realmente una lucha tratar de conseguir el apoyo adecuado, tanto médico como emocional. Sobra decir que muchas mujeres no tienen los recursos económicos, no tienen el acceso a la información, y pues su dolor permanece en silencio.

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#MujeresRompiendoEstigmas

Proyecto en colaboración con Ferox MX

Retrato por Quique Motte


Esta historia es de:

Carolina Castañeda

26 años

Abogada y fundadora de la plataforma Una De Diez (@una.de10)

Pame Clynes