La vagina no tiene porqué oler a rosas. La vagina huele a vagina y está bien.

No me sorprendió en lo absoluto cuando leí un texto de la ginecóloga americana Lissa Rankin. En su libro What’s Up Down There?, en un capítulo hace referencia a que la mayoría de las mujeres pacientes que van con ella, odian su vagina. A muchas les da asco, no se pueden ni ver, y no pueden ni pronunciar la palabra. Esto pasa en todo el mundo, pues como mujeres caímos en esos mensajes que nos clavaron desde chiquitas, de que nuestros genitales son “asquerosos”, “olorosos”, “feos”, etc. Estamos condicionados a creer que ciertos olores son “buenos”, y otros son “malos”, cuando la realidad es que cada persona percibe el olor muy distinto. ¿Nunca les ha pasado que a veces les gusta el olor a sudor de su pareja? ¿Sólo yo? Bueno, regresando al tema, entiendo perfecto de donde viene la obsesión con el olor, solo espero que ya no repitamos los patrones con las próximas generaciones, y que estemos más abiertos a educarnos mejor. Sobre todo, a no dejarnos llevar tanto por los constructos del patriarcado.

La vulva y la vagina no tienen que oler a rosas

Ni a lavanda, ni a vainilla, ni al aceite esencial de moda o del momento. La vulva y la vagina huelen a vulva y a vagina, y es normal. Nuestros genitales huelen, tenemos que aceptarlo. Cualquier olor que venga de la vulva o de la vagina normalmente lo queremos tapar, limpiar, decorar, o esconder con disque desodorantes, jabones, duchas vaginales, perfumes, que supuestamente son para el cuidado íntimo. Son P.É.S.I.M.O.S.

¿Por qué insistimos en ir en contra de lo natural, de lo que es sano y parte de lo que es ser mujer? ¿Por qué insistimos en rechazar esa parte de nuestro cuerpo? Honestamente está en la frontera de la misoginia pensar que olemos mal, como si las mujeres solamente fuéramos un olor vaginal con gérmenes que se necesitan exterminar. ¡Basta de pensar así! Cada vagina tiene su propio olor, y son varios factores los que influyen: desde las bacterias normales que viven ahí, el sudor, lo que segregan las glándulas, lo que se come, así como los hábitos intestinales. No existe un olor específico para medir si la vagina huele “bien”, o huele “mal”. Cuando hay una infección vaginal o urinaria, entonces sí el olor nos avisa que algo no está funcionando, y que se tiene que tratar con medicamentos, no con desodorantes.

Está más que claro que el higiene es muy importante, no hay duda en eso

Por eso nos bañamos todos los días, nos limpiamos cuando vamos al baño, usamos ropa interior 100% de algodón, tomamos probióticos para mantener la flora vaginal sana, también tomamos muchísima agua para mantenernos hidratados, llevamos una nutrición sana… Si hacemos esto, no hay porqué estar preocupadas por cómo huele nuestra vagina. Cuando el olor es muy muy muy muy muy fuerte, cuando huele mucho como a pescado, entonces sí hay posibilidad de que sea una infección vaginal común. Pero también hay que tener presente que los olores cambian con nuestro ciclo menstrual, y eso es normal también.

Lo ideal es estar familiarizadas cada quien con su propio olor. Conocerlo desde como cambia con la menstruación, o con la ovulación, después de hacer pipí, después del sexo, después de comer ciertos alimentos, etc. Así es mucho más fácil identificar cuando realmente algo indica que no está bien. Obviamente, si están preocupadas no está de más ir con tu ginecóloga o ginecólogo para checar que todo esté en orden.

Acuérdense también que las glándulas cerca de la vagina también segregan feromonas. Estas sustancias químicas que provocan la atracción en una pareja sexual. Nuestro olor es atractivo, cambiemos el chip ya. Aceptemos que el olor vaginal huele exactamente como tiene que oler, siempre y cuando no haya una infección presente.

*Tip íntimo:

La vulva se enjuaga solamente con agua, y la vagina es una diosa que se limpia solita. Sí, así como lo oyes. Su ecosistema es tan perfecto, y tan sabio, que nos protege con un sin fin de bacterias buenas, o lo que conocemos como lactobacilos. Por lo general los jabones íntimos suelen matarlos. Estas bacterias las necesitamos porque son las que nos ayudan a mantener el pH, y a prevenir infecciones. Es importante que dejemos a la vagina hacer su trabajo natural.

Pame Clynes