Lo que no sabíamos de la resequedad vaginal
Una vez más, las hormonas juegan un papel importante en la resequedad vaginal. Aún cuando hay excitación, deseo y las ganas de tener relaciones sexuales, puede haber falta de lubricación debido a un cambio hormonal. A estas hormonas se les llama estrógenos.
Los estrógenos ayudan a mantener sano el tejido vaginal. Cuando los niveles de estrógeno disminuyen, como pasa después de tener un bebé, con la lactancia, o con la menopausia, el tejido se atrofia y se seca. Esto ocasiona que haya menos fluido sanguíneo y falta de lubricación en la vagina. El resultado: dolor sexual.
La mayoría de los doctores recetan pomadas y cremas a base de estrógenos, y en algunos casos funciona cuando hay atrofia vaginal, pero en otras mujeres el problema ocurre en el vestíbulo de la vagina, es decir en la entrada de la vagina. Aquí es cuando el tratamiento tiene que ser diferente, y sin embargo, se sigue dando el mismo.
El vestíbulo de la vagina y la vagina son diferentes partes
Es importante saber que el vestíbulo vaginal se desarrolla separado de la vagina, y tiene su propio suministro de sangre. Son dos tejidos diferentes aunque estén muy cerca uno del otro, se desarrollaron en diferentes estructuras embriológicas. Por lo que tratar uno no tiene efecto en el otro. El vestíbulo también necesita de testosterona para mantenerse sano. Sin estrógeno y sin testosterona, este se seca, lo que hace que la penetración sea dolorosa.
El ginecólogo Andrew Goldstein, director del centro de disfunciones vulvovaginales en Nueva York y Washington, dice que este conocimiento es algo nuevo. Por muchos años el efecto de los cambios hormonales en el vestíbulo estaba escondido. Los doctores recetan cremas a base de estrógenos a casi todas las mujeres posmenopaúsicas, y que sienten dolor cuando tienen relaciones sexuales. Lo que muchas no saben es que ese tratamiento solo trata a la vagina, pero no está cubriendo la parte del vestíbulo.
Lo mismo ocurre con las mujeres que toman anticonceptivos. Los anticonceptivos de hoy están diseñados para reducir la producción de testosterona porque también los mercadean para prevenir el acné, así como el embarazo. Bajos niveles de testosterona significa más dolor en el vestíbulo.
“Dos veces a la semana veo pacientes posmenopaúsicas que me platican de su dolor sexual”, dice Andrew Goldstein. El tratamiento que recomienda es dejar las pastillas anticonceptivas y reponer el estrógeno y la testosterona que se necesita para el vestíbulo. Esto puede ser con cremas tópicas, geles, óvulos o hasta inyecciones.