Razones por las que yo no uso anticonceptivos hormonales

Llámense pastillas, parches, anillos, inyecciones, implantes, DUIs, etc, yo no soy el target de estos productos hormonales. Mi método anticonceptivo siempre ha sido el condón, y al menos de que exista algo para que los hombres se tomen, peguen en la piel, o implanten dentro de sus penes, seguirá siendo el condón mi única opción.

En mi caso particular, mi sentir con los anticonceptivos hormonales es negativo, sobre todo por mi vulvodinia. La razón principal porque yo no los uso es porque pueden aumentar el dolor vulvar y vestibular, así como afectar en la lubricación natural de la vagina, por lo que el sexo llega a ser doloroso.

Sabemos que la principal razón por la que se inventaron las pastillas anticonceptivas en los sesentas fue para prevenir el embarazo. Un invento revolucionario sin duda, que dio a las mujeres libertad social y económica. El poder de decidir no tener hijos, y trabajar fuera de casa. Con el tiempo, nos fuimos enterando que los doctores también las recomiendan para quitar el acné, los cólicos, o los periodos irregulares. Me acuerdo perfecto en mi adolescencia, todavía no tenía vida sexual y ya tomaba Yasmín para mis granitos. Honestamente me sometí a miles de tratamientos para el acné, que realmente no me acuerdo si las pastillas ayudaron o no. Probablemente sí ayudaron, pero también influyeron en mi aumento de peso y en mis mood swings. Desde ahí las dejé de tomar, pero regresé por un periodo muy breve cuando tenía 30.

Estaba en una relación seria con un novio, y como la mayoría de las mujeres, pensé que sería “más cómodo” tomarlas. Creí que sería el método para cuidarme más fácil si ya estaba en una relación exclusiva. ¿Más fácil para quién? ¿Para mí, o para él? Cuantas veces hemos escuchado o dicho la frase de “con condón no se siente igual.” Una frase que me parece una estupidez, en especial con las cifras altísimas de enfermedades e infecciones de transmisión sexual. Al poco tiempo de que empecé a tomarlas mi relación de pareja terminó, así como mi relación con las pastillas. Seguramente para el sexo fue una opción “más cómoda”, pero aparentemente mis cambios de humor no estaban en el paquete. Honestamente siempre he sentido una injusticia de que las mujeres tengamos que pasar por todos estos procedimientos solo porque los hombres no quieren usar condón. Y antes de que me digan que el látex irrita a muchas mujeres, ahora ya existen condones que no son de látex, y lubricantes a base de ingredientes naturales.

Desde que me diagnosticaron con vulvodinia y disfunción de piso pélvico he estado mucho más consciente de mi cuerpo, y de lo que necesita. He leído, he investigado, me he informado de todo alrededor del dolor vulvar y las consecuencias que éste trae, a nivel físico, emocional, sexual, mental y espiritual. Lo primero que aprendí a raíz de mi dolor es que la información es poder. No hay nada más poderoso que llegar a un consultorio médico con información. Aprendí sobre la importancia de educarnos mejor para así poder tener conversaciones más valiosas con nuestros médicos.

Ya sea con los anticonceptivos o cualquier medicina o tratamientos, es crucial y básico tener toda la información necesaria para poder tomar una decisión adecuada para cada quién. Es una decisión personal y válida de cada mujer. Todos los cuerpos son diferentes, todos responden de distinta manera. Todas las mujeres tenemos el derecho de escoger si queremos dejar de menstruar por las razones que sean. Aún así ninguna moda, desinformación, ignorancia o constructo social pueden permitir esa toma de decisión. En muchos casos, los doctores suelen no hablar de los riesgos que conllevan estas hormonas a la larga.

Al final del día, hay que aceptar que no dejan de ser hormonas sintéticas, artificiales, que se aferran a cada célula de nuestro cuerpo, y que apagan nuestro sistema reproductivo. Y, a eso le podemos sumar los demás efectos negativos que se conocen. Además de náusea, dolores de cabeza, aumento o pérdida de peso, depresión, cambios de humor, y caída de pelo, también pueden causar problemas intestinales, elevar la presión sanguínea, reducir el deseo sexual, causar dolor vulvar e infecciones vaginales.

Otros datos interesantes que nos comparte Jolene Brighten, experta en medicina de la mujer:

  • En algunas mujeres puede ayudar a resolver los problemas de acné, pero en otras mujeres puede empeorarlo.

  • Los anticonceptivos aumentan el riesgo de desarrollar coágulos de sangre.

  • Los anticonceptivos hormonales pueden aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunes, como lupus, sclerosis múltiple, la enfermedad de Chron, cistitis intersticial y colitis ulcerosa.

  • Un estudio en el New England Journal of Medicine que se hizo en 1.8 millones de mujeres, edades 15 a 49, demostró que los anticonceptivos hormonales están asociados con riesgo de cáncer de máma.

  • La pastilla anticonceptiva puede aumentar el riesgo de desarrollar síndrome inflamatorio intestinal.

  • La pastilla anticonceptiva es uno de los medicamentos más reconocidos por la deficiencia de nutrientes y vitaminas B2, B6, B12, folato, magnesio, zinc, selenio, coenzima Q10, vitamina C, vitamina E.

  • La deficiencia nada más de vitamina B6 puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y evitar que se produzca la progesterona adecuada.

  • “La pastilla anticonceptiva en sí produce una mayor inflamación.” Jolene Brighten, M.D.

    Las pastillas aumentan los niveles de una proteína que se llama globulina, fijadora de cortisol, lo que previene que las células del cuerpo usen el cortisol para reducir la inflamación. Con el tiempo, el aumento de inflamación puede causar muchos síntomas y condiciones, como la fatiga adrenal.

Lo vuelvo a repetir, el uso o no de anticonceptivos es una decisión personal y 100% válida. Nadie tiene la respuesta adecuada. Cada quien es responsable de su cuerpo, y por eso es importante tener toda la información necesaria. Es indispensable que los doctores hablen con transparencia. En el tema de las pastillas sobre todo, algunas mujeres piensan que es su única opción, y ni se cuestionan cómo pueden afectar a largo plazo.

La vida está en constante cambio, y vamos evolucionando cada vez más rápido. Así como muchas personas dejan de comer ciertos alimentos, o empiezan a hacer cambios en su día a día para ayudar al medio ambiente, es porque tenemos más información y acceso para lograrlos. Es de sabios cambiar de opinión y buscar las mejores opciones. A veces esa opción es la más natural.

Si quieres saber más sobre los métodos anticonceptivos, te recomiendo leer el libro Beyond The Pill, de la DOCTORA Jolene Brighten.