El dolor en el clítoris es real
El dolor sexual crónico es de las condiciones, comúnmente, con más malos diagnósticos que hay en la medicina, y por ende las personas que lo padecen no reciben el tratamiento adecuado. Sabemos que la única función del clítoris es dar placer. Sabemos que el clítoris tiene el doble de terminaciones nerviosas que el pene. Sabemos que el clítoris es la parte más sensible del cuerpo de la mujer. ¿Qué pasa cuando lo que conocemos como una fuente de placer, de pronto se convierte en dolor? Cuando este dolor se localiza en uno de los principales centros de la sexualidad en la mujer: el clítoris.
Se le llama clitorodinia al dolor en el clítoris.
Es poco común a otros tipos de dolor sexual, pero eso no significa que no se deba de atender. El silencio y la pena alrededor de esta condición hacen que se conozca poco. Es un tema que la mayoría de las mujeres evita hablar por completo, incluyendo a doctores o terapeutas.
Síntomas
Hipersensibilidad al tocar el clítoris.
Señales constantes de dolor en el clítoris.
Incomodidad e inflamación constante o intermitente en el clitoris, ( a veces los periodos de alivio se dan con el orgasmo y la autoestimulación ).
Dolor en el clítoris causado por estar sentada o por usar ropa muy ajustada.
Después de tocar, estimular o llegar al orgasmo, hay un sentimiento de ardor que puede durar por horas o hasta días.
Mal diagnóstico
Cuando se da un mal diagnóstico comúnmente se relaciona con:
Herpes genital
Infección vaginal
Infección de vías urinarias
Genital warts
Enfermedad psicológica
Cómo el dolor en el clítoris afecta a una mujer
Primero que nada es importante mencionar que sí hay tratamientos disponibles para el dolor, aún así se requiere de mucha paciencia, fuerza y apoyo.
En estos casos, es difícil que las mujeres retomen su vida sexual, pues se queda ese miedo o trauma al dolor.
Con todo y tratamientos para el dolor hay mujeres que padecen de ansiedad y de depresión.
El sentirse desesperanzadas es natural con esta condición, pues el dolor afecta en la mayoría de las actividades del día a día.
Encontrar una posición cómoda para sentarse, desde en el coche, una silla o en un sillón, por más cómodo que sea, el mínimo roce afecta.
No dormir bien no ayuda tampoco. Dormir es necesario para dejar que los músculos del piso pélvico se relajen.
Las causas del dolor pueden ir desde una condición en la piel, a un problema muscular, hasta un problema vascular o un desorden nervioso. También puede que el caso sea una combinación de varias causas, por lo que el tratamiento depende de estas. Como puede ser algún medicamento tópico u oral que tenga anestesia, así como inyecciones nerviosas, fisioterapia, y en casos extremos cirugía.
Cada vez hay más estudios e investigación sobre el dolor nervioso y el dolor crónico. Y entre más hablemos del tema con naturalidad, ayudamos a acelerar este proceso. No hay que perder la esperanza. ¡No estás sola! Y por favor no hagas caso si te dicen que tu problema es sólo emocional.