El poder de nuestra voz

El otro día me escribió una mujer italiana que también padece de vulvodinia y me dijo: “I wish I was strong like you”. Lo primero que se me vino a la mente fue decirle que ella también es una mujer fuerte, sólo que no se ha dado cuenta. Pero después me quedé pensando que yo no siempre soy fuerte, de hecho la mayor parte del tiempo me siento súper débil, con un cansancio crónico que viene de la mano con el dolor, y sin ganas de hacer nada. Mi rutina de las mañanas es obligarme a levantarme. Vivir con un dolor crónico es muy desgastante. Entonces NO, a veces no soy tan fuerte como parezco. El miedo me paraliza, y me hace cuestionarme tantas cosas, como el no saber si voy a vivir con este dolor toda la vida. Y claro que eso me aterra, y me hace sentir muy sola.



Lo que me da mucha tranquilidad es que siempre regreso. Después de estar en esos momentos nublados y oscuros, regreso al comienzo. A la intención, a la causa, al cambio. Aquí es cuando sí reconozco que desperté una fuerza que no sabía que tenía. Y cuando recibo mensajes de otras personas que me dicen que me admiran, que soy una valiente, y que soy muy fuerte, intento ya no rechazarlo. Los acepto y me permito sentirme halagada, me permito sentirme orgullosa de eso.


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Antes de empezar este proyecto creía que yo no era alguien “importante” como para contar sobre mi dolor. Me decía a mi misma, “como no soy famosa, no soy una imagen pública, como no soy influencer, a quién le va a interesar “. Con el tiempo me di cuenta que no necesitaba de la aprobación ni del criterio de nadie para darle validez a mi historia. La única aprobación que necesitaba era la mía. Yo solita tuve que darle ese valor, y ese poder a mi voz, que al mismo tiempo le está dando voz a otras mujeres. Todas las historias son valiosas, porque son las que cambian el mundo.


Si padeces de vulvodinia y quieres compartir tu testimonio, manda un mail a mypeacewithpain@gmail.com