Testimonio desde Buenos Aires

Mi nombre es Luz, soy Argentina y desde hace ocho años sufro de Vulvodinia. El dolor empezó el día después de tener relaciones sexuales por primera vez y nunca se fue. Para la medicina tradicional estoy totalmente sana, pero varias veces por semana siento repentinamente cómo la vulva empieza a arder y a quemar por dentro, como si me atravesara un fierro hirviendo. Vivir así es realmente difícil y de no ser por la contención de mi entorno, no podría tener una vida laboral y social en absoluto.

Hace apenas dos meses encontré un espacio médico que se animó a tratarme y estoy feliz. Creo que encontrar a otras en la misma situación es un paso crucial a la hora de reparar el desgaste psicológico y emocional que conlleva esta enfermedad. Y sí, digámoslo con todas las palabras, es una enfermedad invisible, la cual no tiene una cura todavía, pero sí se puede tratar. ¡No estamos solas!

Les dejo mi correo por si alguien quiere contactarme: luzcbulzomi@gmail.com