No estás loca, y no estás inventado el dolor. No compres esa historia.
Antes de que me diagnosticaran con vulvodinia y disfunción de piso pélvico, estuve dos años y medio buscando apoyo de parte de la comunidad médica en México. La experiencia que tuve con muchos ginecólogos no fue la mejor. Muchos me tiraron a loca, insinuaron que tenía un trauma sexual, me mandaron al psicólogo… En general, no tomaron en serio mi dolor. Lo peor de todo es que tuve momentos en donde sí llegué a pensar que estaba loca. Compré la historia de que estaba inventando el dolor. Sé que no estoy sola en este sentir, pues me han escrito más mujeres con el mismo discurso.
Por esta razón decidí escribir sobre el sistema límbico del cerebro. Cuando me hablaron de que una de las posibles causas de la vulvodinia tiene que ver con alguna lesión neuropática, sentí muchísima paz entender mi dolor desde esta lógica. Por fin una explicación científica que alejó por completo los pensamientos de locura en mi cabeza. El cerebro es muy complejo, pero conocerlo aunque sea un poquito más, me ha abierto la puerta a un mundo de posibilidades, sobretodo para sanar. ¡Espero transmitirlo!
Cuando hay un daño en el sistema límbico
En circunstancias normales, el mecanismo de protección del sistema límbico solo se activa en momentos de peligro o amenaza. Sin embargo, cuando esta función es afectada por algún daño o lesión, se desorganizan los circuitos neuronales en el cerebro. Aunque no exista un peligro como tal, el cerebro reacciona como si hubiera algo amenazante, y manda las señales de alerta; señales de dolor. Esto puede alterar la forma en que el cerebro y el cuerpo interpretan, codifican y responden a cualquier estímulo sensorial. Con el tiempo, esto se vuelve un hábito y puede dar lugar a una variedad de anormalidades neurológicas, inmunológicas y del sistema endócrino. Esto puede afectar a todos los sistemas del cuerpo. Enter: mysterious chronic illnesses.
Lo que tenemos que saber del sistema límbico
Es la colección de estructuras cerebrales localizadas en medio del cerebro, encargadas de regular las emociones.
Comúnmente es conocido como el “cerebro emocional”.
Nuestro mecanismo de defensa forma una gran parte de el sistema límbico. Es esencial para nuestra supervivencia.
Sus partes son:
-Amígdala
-Hipocampo
-Hipotálamo
-Corteza límbica
Es la parte del cerebro responsable de interpretar, categorizar y clasificar la entrada sensorial.
Filtra los miles de millones de bits de información que experimentamos en un momento dado. El sistema límbico determina cómo codificamos, recordamos y respondemos a ellos.
También almacena recuerdos, regula las hormonas y participa en la función motríz.
Regula la función del sistema nervioso simpático y parasimpático, lo que significa que regula cosas como el pulso, la presión arterial, la respiración y la excitación en respuesta a circunstancias emocionales.
Desempeña un papel importante en la amistad, el vínculo, el amor, el afecto y la expresión del estado de ánimo.
Es el primero en responder en cada situación a las amenazas percibidas y reales, enviando mensajes en cascada al resto del cuerpo para reaccionar en consecuencia.
No estás loca, ni te estás inventando el dolor. Hay una explicación detrás de esto, aunque no sepamos exactamente cuál es, pero sí existe un daño en el cerebro que está ocasionando este dolor. ¡Físico y emocional!